Los códigos ubicuos liberan la transmisión de información entre canales de comunicación diferentes (papel, web, e-mail, sms, teléfonos…) y abren nuevas vías de comunicación transversales entre éstos, con el valor añadido de que se pueden generar de manera sencilla y libre. Ahora es el usuario quien controla y crea un canal de comunicación propio, cada objeto que codifica se convierte en un spime.
En este pequeño ecosistema de información, todo el abanico de libertad a la hora de generar códigos, se reduce a la mínima expresión al volver a decodificarlo. La mayoría de lectores son para móvil, con lo que el concepto de comunicación transversal se queda atrapado en un cuello de botella artificial controlado por las compañias telefónicas. El uso del código nos obliga a pasar por caja y conectarnos a través de las redes de las operadoras de incomunicación que todos conocemos.
Otro bloqueo artificial es la imposibilidad de guardar el código en el móvil, en realidad sí lo puedes guardar pero sólo dentro del propio programa lector sin posibilidad de reenviarlo o exportarlo a un ordenador u otro teléfono mediante bluetooth.
Y un tercer escollo es que los dos lectores más habituales, i-nigma y kaywa, pasan por sus respectivas webs antes de reenviarte al verdadero enlace que lleva incrustado el código.
Aunque los encargados de crear escasez artificial estén tan obcecados en hacernos pasar por el aro, siempre se dejan una puerta abierta. Existe una manera sencilla de generar códigos y después utilizando el móvil como lector exportarlo via bluetooth.
La solución es de bricolage: generando el código como una Vcard en la que sólo agregas una dirección web. Puedes leerla, puedes guardarla e inclusive puedes transmitirla via bluetooth a otro móvil o a un ordenador.
Aqui tienes un Generador de Vcard en castellano para comenzar el bricolage.